Aurora Burgué Dorda (auroraburgue@centroiria.es)
Pedagoga especialista en Atención Temprana
Formación Específica en:
"Creo que soy una persona muy afortunada. Desde pequeña sabía que me quería dedicar a la Atención Temprana. Aún no conocía el nombre, ni en qué consistía exactamente, pero cuando acompañaba a mi prima a comprar juguetes para los niños con los que trabajaba, recuerdo pensar que no podía existir una profesión mejor que aquella en la que te dedicabas a jugar. Y no iba muy desencaminada; trabajar con niños pequeños al fin y al cabo es jugar, siempre con una serie de ideas claras de lo que estás trabajando a través de esos juegos, pero no hay mejor modo de aprender y desarrollarse que jugando, en un ambiente de amor, respeto y cariño.
Esa idea difusa que tenía de la Atención Temprana fue tomando forma cuando, en el instituto, mis padres me regalaron un cómic en el que se reflejaba el día a día de una niña con Síndrome de Down. En una de las viñetas la niña iba a ver a su pedagoga, y jugaba y trabajaba con ella. “Pedagoga”, qué palabra más bonita aprendí ese día. ¿Así que eso había que ser para poder dedicarse a aquello con lo que había estado fantaseando desde pequeña?
Y eso hice, tras las obligatorias dudas que hay que tener a la hora de elegir una carrera, opté por Pedagogía y descubrí lo amplio y maravilloso que es el mundo de la educación… Quizá demasiado amplio para cuatro años de carrera, porque la Atención Temprana apenas se mencionó una vez y yo me olvidé de ella. Por suerte su recuerdo volvió a mi mente en el último año, a la hora de hacer las prácticas, cuando pasé algunos de los meses más importantes de mi vida en este centro, en Iria. Aquí me lo pasé en bomba y aprendí más cosas en tres meses que en los últimos tres años. Siempre estaré agradecida a todas las trabajadoras de este centro, que tanto me enseñaron y que permitieron que me reencontrase con el mundo de la Atención Temprana.
El siguiente paso en mi vida entonces estaba claro, hacer un máster en Atención Temprana y nutrirme de todos lo conocimientos que los profesionales que lo impartían tenían que aportar. Allí aprendí tanto de las clases como de mis compañeras, mujeres increíbles y con especializaciones muy distintas que me mostraron la globalidad de la Atención Temprana.
Y ahora aquí estoy, escribiendo este texto con una sensación de vértigo en el estómago por la responsabilidad del trabajo que voy a realizar, pero también llena de ilusión por trabajar en eso que siempre ha estado presente en mi vida y por volver a formar parte (esta vez de verdad) de la familia Iria. Como dije al principio, creo que soy una persona muy afortunada."